La ingeniería y la tecnología pueden ayudarnos a estar más conectados, a traspasar fronteras y a tener una mejor calidad de vida. Pero la ingeniería también puede contribuir a crear un mundo más sostenible y respetuoso con el medioambiente.

Más allá de un robot que ayude a una persona mayor o que simplemente nos permita hacer una creación culinaria más elaborada, hay robots plantadores de árboles más rápidos y eficientes que los humanos, robots que “comen” la contaminación del agua o que retiran objetos del agua evitando que los animales se los traguen. Detrás de esos robots, que también ayudan a mejorar la eficiencia energética de las empresas, se esconden horas de trabajo y el conocimiento de los ingenieros.

“La robótica ayuda a mejorar los esfuerzos en sostenibilidad. Los robots del mundo actual ayudan a luchar contra el cambio climático, a mejorar el reciclaje y a hacer que la fabricación sea más sostenible”, afirma Joan Triadó, profesor de los Grados en Ingeniería Electrónica Industrial y Automática e Ingeniería Mecánica del TecnoCampus.

Muchos proyectos incorporarán el uso de robots. “No tanto solo en plantas de fabricación sino en todo tipo de proyectos de ingeniería, como la construcción, medicina, asistencia a personas, exploración espacial…”, añade Triadó.

El 4 de marzo se celebra el Día Mundial de la Ingeniería para el Desarrollo Sostenible, una efeméride cuyo propósito es el de presentar y dar difusión a proyectos a nivel de ingeniería y tecnología, cuyo objetivo sea cumplir las metas recogidas dentro del Plan de Desarrollo Sostenible planteado por las Naciones Unidas.

La importancia de las energías renovables y de la economía circular

El desarrollo sostenible está condicionado por la manera en la que producimos la energía. “La ingeniería, en este aspecto, está llamada a ser un actor clave para impulsar el desarrollo y la innovación de las tecnologías basadas en las energías renovables. Estos tipos de tecnologías se caracterizan, por un lado, por ser no contaminantes y del otro, por no liberar GEI, no contribuyendo por lo tanto al cambio climático”, afirma Virginia Espinosa, profesora en los Grados en Ingeniería Electrónica Industrial y Automática, Ingeniería Mecánica e Ingeniería de Organización Industrial del TecnoCampus.

Además de una producción energética basada en fuentes renovables, es necesario hacer un uso responsable y eficiente de la energía producida. “En este sentido, la ingeniería puede contribuir a mejorar la eficiencia energética de las diferentes actividades y sistemas, propios de la actividad humana”, puntualiza Espinosa.

El reciclaje y la economía circular también resultan cruciales. “La ingeniería tiene que favorecer la transición de un modelo de economía lineal basada en la producción y el consumo instaurada en el trinomio lesivo recurso-producto-residuo, a un nuevo modelo de economía circular basada en el re-diseño del producto y en la circularización de los procesos productivos para reducir, por un lado, el agotamiento de los recursos y, por el otro, promover la reducción de los residuos generados”, especifica la profesora.

¿Cómo será la ingeniería del futuro?

Hará falta que la ingeniería se entienda como un medio, no como una finalidad en sí misma. “La ingeniería del futuro, asistida por una tecnología de última generación, tiene que poder ser una herramienta capaz de dar respuesta a los grandes retos del s.XXI en general y a la crisis climática de forma más especial e inmediata”, apunta Espinosa.

Según Julián Horrillo, Coordinador de los Estudios Industriales y profesor en los Grados en Ingeniería Electrónica Industrial y Automática, Ingeniería Mecánica e Ingeniería de Organización Industrial del TecnoCampus, la ingeniería del futuro está ineludiblemente ligada al concepto de inteligencia. “Conceptos como por ejemplo smart factory, smart product, smart manufacturing, smart delivery, smarts worker, smart maintenance o smart logistics forman parte del léxico propio de la ingeniería del futuro que ya empieza a construirse”, sentencia Horrillo.

Horrillo, Espinosa y Triadó forman parte del Grupo de Investigación en Fabricación Inteligente e Innovación Industrial(FI4.0).

A nivel social y económico, Horrillo considera que habrá importantes cambios en el mercado de trabajo, con la sustitución de puestos de trabajo de bajo valor añadido, fácilmente sustituibles por aplicaciones tecnológicas, y con la aparición de nuevos perfiles laborales con capacidad de gestión y uso de las nuevas tecnologías para la digitalización. “Esto destaca la importancia de la formación y la necesidad de mejorar y adaptar el sistema educativo a la nueva realidad digital”, señala el especialista.

FUENTE: La Vanguardia

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